22/5/11

Viaje por el sudeste asiático III, Templos de Angkor, Camboya.

Si tuviera que contar con los dedos de una mano cuántas razones míticas tenía para llegar a parar a cambodia en mi vida, sería una; los templos de Angkor. Olvidense del vaticano o de la meca. Oficialmente, angkor wat es el templo religioso más grande de la historia de la humanidad. Con eso ya gana mil puntos. Y agregando que no es un antro de obispos californianos pedófilos, tenía que ir.

El bus desde bangkok nos hizo parar tipo 12 del día en un restorancito rasqueli en aranya prathet, el pueblo en una de las fronteras con cambodia. Pagas el visado, dos fotos tamaño pasaporte más un pequeño delta de comisión para el junior y sin mucho trámite el wn volvió a la media hora con la visa que habilitaba nuestra entrada al reino de cambodia. Firmado por el cónsul. La van nos deja en la frontera y el wn nos acompaña todo el trámite para salir de tailandia y entrar a cambodia. Despues de eso nos mete a otra van, con matrícula camboyana, y llegamos a una estación de buses en poipet. 13:30 hrs. Amablemente nos dice que debemos esperar hasta las 15:30 para el bus que nos llevaría a Siem Reap. Chucha son dos horas perdidas. Y desde poipet hasta siem reap son 150 kilómetros. Le pregunto al “guía” a qué hora llegaríamos a Siem Reap. Por lo general, me dice, si no sube mucha gente en el camino, llegas tipo 21:00. WTF? 150 kilómetros en casi 6 horas? Ni en los chiken bus de belice era tan lento el viaje, wn. Rememoro la conversación con el agente de viajes tailandés que nos vendió el ticket “vip directo” a siem reap y siento como una mugrecita que se convierte en un tremendo pico en el ojo. Y a quién le vas a reclamar. Pero al mal tiempo buena cara. Habiamos conversado unas frases intracendentes con un francés que andaba en el grupo, cachamos que arrendar un taxi para siem reap costaba 15 dólares, partía de inmediato, y aseguraba llegar tipo 15:00 y dejarnos a cada uno en la puerta del hotel. No me molestó pagar los 10 dólares para evitarnos 2 horas de solarium obligado en poipet.

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Pero cuchufleta tras cuchufleta, el taxi no nos llevó al hotel, que en todo caso no teníamos reserva para ninguno. Nos dejó en un antro de tuk tuks y un poco obligados subimos a uno y el wn nos llevó al hotel que le daba comisión. Como no estabamos apurados (eran 15;30 y por último, habíamos ahorrado hartas horas), subí a ver la pieza pero rápidamente rajamos hacia otro hotel. El tuktukero se cachaba buena onda así que lo contratamos para el día siguiente. A las 7 de la mañana nos llevaría a los templos de angkor y estaría con nosotros todo el día, nos llevaría donde se nos ocurriera. Y todo por 14 dólares. La verdad no quise regatear nunca en cambodia, por motivos que luego comentaré. En la tarde la típica vuelta de reconocimiento a siem reap y la verdad más que ciudad de paso para angkor no tiene mucho más. (verifiqué el mito bobmarleyano de la famosa happy pizza de cambodia, googlear no más jajaja).

Como para entrar a vietnam tienes que pedir un visado con antelación, hice el trámite con una agencia de turismo y contraté un guía para angkor por todo el día. Un dato, sacar el visado para entrar a vietnam desde “la comodidad” de una agencia de turismo puntaarenense: 65 lucas. Demora como 2 semanas. Lo mismo en cambodia, 18 lucas. Demora dos días. Después dicen que en chile esta todo dado para viajar y que somos un país desarrollado.

El guía costó 20 dolares. Todo el día. En exclusiva para nosotros dos.

Así que a las 7:30 estábamos entrando al primer templo, al imprescindible, Angkor Wat. Las palabras se escapan, más que nada es impavidez y un grito interno de “conchesumare”. Un ambiente majestuoso, vas entrando y cada paso es un descubrimiento más. Las apsaras bailando en los dinteles de cada puerta, los tallados en cada maldita piedra, las escaleras, los grabados en las murallas, las serpientes de siete cabezas, la maravilla arcaica que significan, es una experiencia imprescindible. Unas mediocres fotos al final del posteo puede ser que reflejen un 10% de lo que significa estar allí.

Luego a Angkor thom, con las cientos de caras sonrientes en Bayon, con la terraza de los elefantes, en fin. Y para finalizar el día, el plato fuerte, Ta Prohm. Esa maravilla invadida por árboles caóticos, por raíces de forma sicodélica, definitivamente mucho para un sólo día. Si vieron tomb raider algunas escenas se grabaron allí.

Lo mejor fue que el guía cachaba todos los horarios peak, y como partimos re temprano, fuimos siempre adelantados de las hordas de turistas ávidos de fotografiar cada centímetro de los templos, por lo que nuestra visita fue casi en solitario, sin ruidos, sin perturbar la magia de angkor y sin muchos extras que se colaran en las fotos. Saliendo de cada templo justo venían unos choclones indescriptibles de coreanos, gringos, popurrí de naciones. Cuando el guía nos llevó a almorzar a las 11:00, tenía justo motivo.

Al siguiente día visité los templos más lejanos. Desde las 9 hasta las 6:30. Buena la tincada que me hizo ir a Bentley Srei, el templo más lejano del recinto, hecho con piedra roja, y mucho mejor conservado que elresto. Y vale la pena. inviertes media hora para ir y media para volver, pero el paisaje y los pueblitos entre medio no tienen pérdida.

El tercer día ya nos degeneramos y salimos del hotel a las 5 am. Como si de un ritual pagano se tratase, nos vimos a las 5:30 parados ante la lagunita que da frente al templo de angkor wat, entre una multitud de extranjeros, todos observando impávidos cómo el amanecer se debatía con la oscuridad y ascendía el sol por detrás de las torres hasta que ya era día. Magnífico. Y el cafecito barato que le compré a un camboyano que me dijo que se llamaba “rambo”, mientras me fumaba un cigarro observando el amanecer, el mejor momento. Si hubiese tenido que volver después de eso a punta arenas, el viaje ya estaba listo.

En definitiva, y creo que las fotos justifican mucho más que estas pobres palabras lo que significa realmente estar en Angkor, un punto imprescindible del viaje. Qué servicio militar obligatorio. Debería ser obligatorio una vez en la vida fumarse un cigarro y tomarse un café barato mirando el amanecer en angkor Wat. Te limpia el alma y te hace sonreir por dentro y pensar “listo, llegué. Me puedo morir tranquilo”. Un punto necesario en la “bucket list” de mi vida cumplido.

típico transporte en camboya, si hay espacio, entran mil viejos.. y este pique eran 150 kms,

la primera mirada a angkor wat

intentar esta foto en temporada alta y a las 3 de la tarde, imposible encontrar esta soledad

bayon, en angkor thom, con sus doscientas y algo caras sonrientes... y cuentan que una sola esta enojada... yo no la encontré.



tony, el conductor de tuk tuk, era siesta sobre siesta cuando nos dejaba en algún lugar. en todo caso este tuk tuk es versión camboyana, los de tailandia eran más chicos, la moto iba por dentro del carruaje.

ta phrom. you rock.

bayon, again

vista aérea de angkor wat, desde el globo aerostatico

algún templo, no recuerdo el nombre, del segundo día.

banteai srey. lo mejor del segundo día.


amanece en angkor... y es precioso.
la más mítica de ta phrom, aparece en tomb raider.



tema aparte, habría que reflexionar un poco más en que por 14 dólares tengas un tuk tuk todo el puto día, conductor incluido, a tu disposición. Y que 20 dólares sean suficientes para un guía que hablaba inglés a toda raja, mucho mejor que los guías rasca en tailandia que chapurreaban inglés y ni los gringos entendían. Y en un rato me dijo “te tengo que agradecer por haberme contratado, hace diez dias que no tenía recorridos, pero con esto me arreglaste la semana”. Cruo.

eso po, y sigue, sigue, todavía falta phnom penh y vietnam.

1 comentario:

Israfel dijo...

wena wn, igual es como chistoso que digas "matricula camboyana" podria ser matricula de camboya, aqui la wea tiene otro significado jajajaj (como "camboyaneo manual"), wena la historia