Sin consultar el Google, ¿Quién fue el primer weon en poner su pie en el polo sur?
Siempre me intrigó la geografía de la antártica, si se fijan en cualquier mapa verán nombres de accidentes geográficos muy tenebrosos; Monte Terror, cabo desolación, , etc. Y siempre me pregunté por qué los exploradores le ponían nombres tan extraños y poco alegres. Al leer este libro me dí cuenta que allá abajo lo menos que hay es pensamientos positivos. Como cuenta el autor: “La exploración polar es la forma más radical y más solitaria de pasarlo mal que se ha concebido”
PARTE I; TODO POR UN HUEVO
Exploradores ha habido muchos; en todas las épocas, en todos los lugares. Y todos creo que lo hacían con un objetivo fijo, el dinero, el poder. Si no pregúntenle a los aztecas, a los incas, a los egipcios y su Valle de los Muertos (weno, lo que quede de eso). Pero de quienes escribirè a continuación no buscaron oro, ni riquezas, ni su puto nombre en una calle ni en una ccidente geográfico, No Señor, estos exploradores del frío buscaban simplemente... un huevo de pingüino y el polo sur. Nada de riquezas.
Era el año 1910, el 15 de julio, partía de Inglaterra el barco Terra Nova, a mando del capitán Roblert Falcon Scott. Su objetivo, realizar mediciones precisas del campo magnético en los alrededores del círculo polar, cartografiar en lo posible el accidentado terreno antártico e investigar la vida y reproducción del pingüino emperador en el Cabo Crozier. De ser posible obtener huevos de pingüino para su posterior estudio. Y de ser posible también, durante los tres años que duraría la travesía, estudiar la factibilidad de realizar un viaje al polo Sur, y en caso positivo llegar hasta el polo Sur y plantar la bandera inglesa en el paralelo 90.
En realidad todo el resto eran simples excusas, el único objetivo en la mente de Scott era el polo Sur. Era su tercera expedición con tal objetivo, y esta vez no iba a fallar.
En aquellos tiempos, albores del siglo XX, sólo quedaban muy pocos lugares por descubrir. Y los polos estaban ahí, desafiando a quien quisiera inmiscuirse en sus dominios de frío y ventiscas. Hago notar también que por la posición de nuestro planeta (el famoso ángulo de inclinación) el polo SUr resulta ser mucho, mucho más frío que el polo Norte. Y que en el 1912 no había parkas de polar reflectantes y zapatillas Nike Insulation Special Air Max o no se que más. Una simle chaqueta de cuero con chiporro, dos o tres pantalones y unas botas "impermeables" en la medida de lo posible y listo, te lanzai a descubrir el polo comiendo solo carne ahumada, galletas, algunas conservas y juguito de limón para prevenir el escorbuto.
ASí partieron 46 cristianos en busca del polo. Zarparon entre fotógrafos, periodistas, escritores, todo un revuelo nacional. Bueno, de los 46 sólo 25 quedarían en el campamento del Cabo Evans, el resto viajaría de vuelta a Nueva Zelanda a buscar más provisiones,ir y volver en busca de provisiones.
Pero no era Scott el único que soñaba con llegar al polo Sur, y primero que todos. Tambien había un viejo noruego llamado Roalf Amudsen, que había fracasado varias veces en alcanzar el polo Norte, u buen día se rindió del Norte y dirigio sus miradas al Sur, se hizo bien el weon y como estaba poco cagao de plata se compró 97 perros esquimales, contrató a 19 marinos y salió con su barco llamado Fram rumbo “A Australia, para comerciar”. (eso dijo él). Y lo hizo piolita. Sin tambores ni recepciones ni fotos. Ni un huevón se enteró.
Luego Scott iba pasando por Nueva Zelanda, antes de hundirse en las profundidades del sur para siempre, iba buena onda, todos “habían dejado comido”, ya le habían puesto sobrenombres a la mayoria de los cristianos de a bordo y habían comprado las ultimas provisiones necesarias para instalar la cabaña en el Cabo Evans, la que sería su refugio inicial. Iban todos cagados de la risa por el puerto cuando se encuentran con un aduanero que le comenta a Scott que Amundsen le había dejado un mensaje especialmente a él. Decía; escuetamente
“Le informo que el Fram procede a
Y como si le hubieran puesto un ají en la raja Scott parte rajao hacia el barco, levan anclas y rajan hacia el estrecho de Mc Murdo, al cabo Evans, a instalar la cabaña y empezar la serie de investigaciones que justificarían el viaje al fin del mundo
Se llama EL PEOR VIAJE DEL MUNDO, pero en realidad son dos peores viajes. Pues como expuse hace poco, una de las finalidades era investigar al pingüino emperador residente en el Cabo Crozier, una punta helada que… mejor les mando un mapa y van a cachar la travesía que les esperaba….
Así que la primera parte fue a cargo de tres cristianos: Apsley Cherry-Garrard (rico el apellido), el sufrido Bill Wilson y el teniente Bowers. Y fue terrible. Un viaje de
Voy a resumir las cosas mas horripilantes que me quedaron grabadas luego de leer el lbro, hace ya casi un año. Una noche estos tres compañer
os levantaron la carpa en la que pernoctarían, demoraron como siempre una hora en encender el horno a kerosene, pues sacar de la caja y encender un fósforo, con guantes de cuatro centímetros de espesor no es cosa fácil. Después de la cena, apenas tres galletas, sopa de hueso hervido y carne congelada remojada en agua hirviendo, la temperatura dentro de la carpa era de agradables 10 grados bajo cero, un viento del sur de 100 km/hr, pan de cada día. El teniente Bowers ya ha perdido dos dedos, congelados por las bajas temperaturas, han debido cortárselos y los entierra bajo la nieve. La oreja de Wilson hizo otro tanto tres millas atrás, hace dos días. El único que mantiene todos sus órganos intactos es Cherry-Garrard, un profesor de historia de 25 años. En medio de la noche se levanta un huracán de 200km/hr, no pueden hacer otra cosa qe hundirse en la nieve y esperar a que pase el huracán. Y en eso se eleva el techo de la carpa y quedan a descubierto. Armar un iglú es iposible, tanto por el viento como por que andar dos semanas caminando en la nieve y arrastrado un trineo con todas las provisiones (150 kilos aprox.) t3e deja con pocas fuerzas. Piensa positivo, aún les queda la carne de los ponis que murieron a mitad de camino, y según los cálculos de Wilson les faltan sólo
EN fin, mil penalidades más. La cosa es que luego de dos meses de travesía, volvieron Wilson, Bowers y Cherry-Garrard a
Volvieron con un cuaderno lleno de datos y anotaciones inesperadas con relación al pingüino emperador. Cosas que de seguro cambiarían el rumbo de los estudios de la flora y fauna de la antártica. Claro, dejaron en el camino un par de dedos y una oreja, pero comparado con el aporte científico que se logró recopilar, ¿qué valen una oreja y dos dedos? No lograron analizar el embrión que tanto querían, pero creo que nadie dirá que este viaje, el Peor viaje del mundo parte I, fue un viaje por nada.
Queda la segunda parte, el viaje al Polo. Y recuerden que Amundsen está por ahí cerca. Y con 97 perros de carga. ¿Cuántos perros de carga llevaba Scott? Lo sabremos en la segunda parte y final de esta serie. El Peor Viaje Del Mundo.
1 comentario:
puta ke esta la historia weon, andai mas inspirado con la wea, voy a hacer un fun club pa este blog, ta la raja
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