18/5/11

Viaje por el sudeste asiático I; Mis días en Bangkok.

Bangkok es una ciudad rancia, es tóxica, decadente, sobrepoblada, es terrible de noche y asfixiante de día. Bangkok es all-in, es dos 7-eleven en una misma calle, es avanzar dos kilometros en una hora peak, es tierra de tuk tuks y taxis de colores estrambóticos que te llevan sólo si les conviene. Bangkok es ese eterno olor a putrefacción de puesto de comida callejero, ese golpe de aire acondicionado polar en el Sky-Train o el MRT, es una cloaca cruzando por tus pies, Ray Ban y Rolex a 100 baht, es Khao San Road y el Wat Pho, el Chao Phraya, Bangkok es la ciudad donde cada 300 metros encuentras un Wat que merece más fotos que el anterior, donde cada 100 metros te ofrecen 5 viajes en tuk tuk, 7 masajes tailandeses y 2 shows de vaginas y ping pong. Bangkok se merece mil apelativos más, y los 8 días que pasé en esa magnífica y terrible ciudad no son justicia como para que esta crónica resulte nada más que una decadente aproximación rápida.
Lo que sí les adelanto, cualquier imagen caótica que vean de BKK en alguna película, sirve como aperitivo, pero le queda corta. En la previa del viaje puse mayor atención a diferentes películas relacionadas con esta ciudad y reconozco que es una buena aproximación. Pero las pelis no transmiten olor, ni sonido ambiental ni ráfagas de calor asfixiante. Tampoco los turistas en sus buses todo incluido con comidas todo incluido y hoteles todo incluido saben de esto, asi que les traigo la exclusiva, la callejeada, la after hours, la alejada de las hordas de turistas. La Bangkok decadente que vale mucho más que la que muestran las postales, la que se hace más difícil decidirse a buscar (los lujos son lo más fácil), pero más fácil de encontrar.

No había sueño de pendejo de ir para allá, no necesitaba cumplir ninguna manda a ningún santo. Simplemente un día te levantas con hachazo y empiezas a planificar un mes de vacaciones y como que te dan ganas de irte a la China. Echar a rodar un globo terráqueo imaginario, posar el dedo y decidir la ruta en una (y lo adelanto) imbécil previsión de kilómetros en bus. Entonces planificas mentalmente: “Tailandia; Bangkok como que suena a ciudad que la lleva, Chiang mai y alguna playita en una isla idílica de las miles a elegir; Cambodia para ver los templos de Angkor, y Phnom Penh que ya por el nombre suena exótico y místico, tanto que prefiero aprender a pronunciarlo “en vivo”, y Vietnam por que algo de interesante debe tener, la idea es descubrirlo allá”. Y lo confieso, llegué con el culo a dos manos por el viaje "independiente", y al final casi esperaba perder mi pasaporte y no volver nunca.

presiona en "más información"....


Les ahorro el tedio de 26 horas de avión, una espera en un mall de buenos aires, 3 horas varados en Kuala Lumpur, súmale 10 horas de diferencia y llegamos a las 13:00 a Suvarnabhumi Airport, el mega aeropuerto de Tailandia. Impecable la atención en aduanas, rápida la entrega de equipajes (10 kilos c/u). Airport Rail Link, un impecable servicio de metro para llegar a la estación de Phaya Thai, pedir un taxi con taxímetro para los 2 kilómetros que faltaban (weon manejaban por el otro lado, y el conductor va sentado al lado derecho y pasa cambios con la izquierda, algo que nunca había visto), y que demoró una hora en llegar, y, lo siento por la imagen de intrépido viajero inagotable, lo primero que hicimos en ese hotel de callejón venenoso, fue una siesta de dos horas por que con el viajecito de avión y el famoso jet-lag, estábamos lo que se dice hechos pebre.

Al rato salimos a caminar y directo a la famosa calle de los backpackers o mochileros, la mítica Khao San Road. Un callejón de 400 metros repleto de tiendas de tatuajes, ropa, relojes pirata, agencias de turismo, hoteles, libros pirata, masajes tailandeses, tiendas de comida y mil cosas más que ni siquiera una foto logra hacer justicia. Adoptamos como centro de operaciones un hotel en mitad de la calle Khao San. Fue una acertada decisión. La primera comida una mezcla de arroz y pollo (quiero creer que todo lo que decía pollo era realmente pollo) con bebida. Pasable como para empezar.

Y de a poco te empiezas a inmiscuir en la vida en una ciudad como Bangkok, donde hay de todo y para todos los gustos. Un recorrido en tuk tuk, que pagué el noviciado por 200 baht una hora, visitas al palacio real y al wat phra kaeo, el mítico buda reclinado de 46 metros de oro puro en el wat pho, el sacarse los zapatos para venerar el buda esmeralda, un tour por Ayhuthaya y sus miles de estatuas de budas y budas y budas, el magnífico caos del mercado de fin de semana en Chatuchak, la premeditación de llegar en la fecha del Songkran, el año nuevo tailandes, que se celebra con la peculiar fiesta del agua, en la que todos, niños, viejos y viajeros, compran pistolitas de agua y juegan a mojarse. Quien disfrute de esas peleas de poleras mojadas en el barro, onda wild on, ya tiene el dato. Si me hubieran dicho que a los 28 años estaría comprando una pistola de agua en el extranjero, no me la creería. Y en esos días era imposible salir del hotel sin quedar completamente empapado. Pistolas, bombitas, hasta baldes de agua por la cabeza onda chavo del ocho. En las avenidas, niños tirando agua a los autos. En las calles, era una guerra en la que reemplazas sangre por agua. Busqué forzosamente llegar a bangkok en esas fechas, y fue lo mejor que pude haber hecho.
Tailandia es un reino, y por tal, obviamente, tiene un rey. Mejor no digo mucho de este cristiano (bueno, no es cristiano, pero la frase se entiende), pero te queda demasiado claro quién es, lo ves en cada billete y moneda de baht, en cada calle que se diga tailandesa creo que debe haber una o más imágenes del rey. Hasta en los antros más decadentes, esos que miras desde la calle sin pensar en entrar, hay un altarcito. Es raro. Es una de las cosas que te hace sentir que nunca estas en tu casa. Acá lo que más se ve es una foto del presidente y es como la típica foto oficial. Pero allá ves al rey en todas las etapas de su vida y en diferentes posturas. El wn la lleva. Por nada es Vishnu en vida wn.
Bangkok es demasiado grande para caminarlo. Así que te ves obligado a movilizarte, y para eso existen múltilples vías, está el sky train que es como un metro en altura, está el metro común y corriente, y en ambos se paga por el tramo que vayas a realizar, más lejos, más plata. Así que el ticket tiene algún sistema electrónico por que lo utilizas para entrar y también para salir. Aunque alguna vez nos pasó que pagamos para bajarnos en una estación x y luego decidimos bajar antes y de todas formas pudimos salir. Raro. Quizas de haber ido más lejos no habría funcionado.
Tambien están los tuk tuk, una moto metida en un carrito con asientos en la parte trasera, bueno, fotos hay hartas. Es más “en vivo” por que vas escuchando el ruido y oliendo la pestilencia urbana, que es un poco el sentido de viajar cero estrellas. Estos viejos son re tranfugas y es conveniente, de hecho diria obligatorio, negociar el precio con antelación. Y obviamente siempre terminar pagando menos que lo que saldría un taxi. Lo peluo es cuando no sabes cuánto sale un taxi. Y ahi aplico mejor la otra filosofía, paga lo que encuentres que sea justo por lo que estás recibiendo, sin importar si luego un australiano culiao te dice que el pagó mucho menos por el pique. Eso no significa ser más avispao ni ser mejor viajero. Para nada. Esa filosofía de “paga lo que consideres justo” te deja bastante conforme.
Cuando quisimos ir al palacio real, listo, desde khao san al palacio real bajamos desde 100 (1500 pesos) baht a unos módicos 30 baht (450 pesos). El lector que quiera comentar haciendose el cruo “pero a mí me cobraron 10 baht, refiérase al párrafo anterior”.

unas pocas fotos.
Khao San Road. La calle de los mochileros y las baratijas. imperdible.
Monstruos míticos en la entrada del wat phra kaeo
Más bichos fantasmagóricos en el wat phra kaeo
patio del palacio real
el mítico che es un ícono en todo el mundo... Vendido en un puesto callejero en tailandia... aunque a veces no se escriba muy bien su nombre.
altarcitos de budas... y con hartos fieles echandole agua a las estatuas
miles de budas en ayhuthaya, y hasta los visten,.
buda en el árbol, en ayhuthaya
el difícil camino de acceso al segundo nivel del wat arun
el wat arun, muy bonito, al otro lado del río chao phraya.
mercado flotante de damnoen saduak
songkran, 24 horas de agua y pistolitas. tomada en la calle khao san.
seguimos en el próximo posteo. y queda pa rato...

No hay comentarios: