20/2/11

Lovecraft y su mundo

"No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas...."
El llamado de Cthulhu; H.P. Lovecraf
Hace ya un siglo Lovecraft iniciaba su cuento de ficción, El llamado de Cthulhu, con la advertencia introductoria a un universo lleno de posibilidades inimaginables, ni comprensibles a la mente humana, cuyo mero contacto provocarían la locura y/o la evasión de la realidad. Un nuevo terror nacía ( y mucho antes que en 1947 la ciudad de Roswell se populariza tanto).

Lovecraft recrea un universo asediado por seres extra dimensionales, quienes en derrota por dioses primigenios, se ven sometidos a esperar en sueño eterno, o en cárceles dimensionales, el momento de regresar y regir toda realidad, devorando consigo la cordura. Porque estos dioses no son seres que podamos distinguir y apreciar, todo lo contrario, son seres que escapan a la linealidad acostumbrada, a la simetría que nos ampara en nuestros pensamientos. Dioses que gobiernan a través del caos asimétrico en un universo de geometría no euclideana.

Y aunque la última descripción pueda ser tomada para la risa, refleja el modo en que los humanos vemos el universo, de un modo organizado y estructurado. Cualquier cambio a esta forma de ver la vida nos provoca un intenso temor en el inconsciente, quien a todas luces intenta escapar.

Bajo esta estructura, los relatos que Lovecraft regala se vuelven ricos en un suspenso terrorífico, donde sus protagonistas hacen un viaje del cual no regresan. Aún si consiguen superar las pruebas más inmediatas, jamás escaparán a enfrentarse a la temible realidad de la cual ahora son conscientes.

Con él, el lector también se ve atrapado en el mundo de posibilidades, de mitos modernos, de proezas que no siempre resultan victoriosas. De fondo, la inseguridad de saber qué es lo que hay más allá, y qué puede traer consigo aquello que no podemos entender. Finalmente, somos víctimas de las pesadillas que su escritor nos lega para mantenernos en vela.

Definitivamente, Lovecraft me atrae más que ver Saw.

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