Para hacerse una idea acerca de este posible acontecimiento, practiquemos la lógica mundana, ¿qué motivaría a una raza intergaláctica a viajar a un planeta subdesarrollado?. Siguiendo un patrón conocido - o sea, el empleado por la raza humana como única especie de desarrollo tecnológico conocido - se pueden presentar varios casos.
En una primera etapa de exploración, explotación y conquista. En busca de recursos para su civilización, viajarían miles de años luz para poder encontrar los recursos necesarios para la continuación de su tecnología, al más estilo que hizo el viejo mundo (Europa) con Asia y América. De este modo el contacto con esta especie se vería resuelto según la capacidad y la impresión que nuestra raza dé.
La relación de iguales (o semi-iguales) se produce cuando se compara el desarrollo social, tecnológico, evolutivo entre especies. Si partimos de la base que nuestra especie aún no alcanza madurez tecnológica (dentro de los mayores logros está el manejo de los nanoschips y alcanzar la luna), vive en rencillas territoriales, posee una mala distribución de los recursos y una malísima homogenidad de desarrollo de la especie como tal, que frente a una raza que es capaz de desplazarse cientos de años luz con una, por lo menos moderada tecnología superior a la nuestra, el destino de nuestra raza se ve en peligro. Una clara superioridad, un determinado propósito de viaje, más la habitual naturaleza humana de entrar en conflicto (en esta circunstancia validada por defensa del único sitio del cual podemos sobrevivir) que una batalla sería inevitable.
Además, con datos de existencia de contactos durante más de un siglo, la posibilidad de un viaje completo de colonización aumenta, reduciendo nuestro optimismo al pensar que sólo es una brigada pequeña al cual hacerle frente. Así como cree Stephen Hawkins, lo mejor sería mantenerse totalmente alejados del contacto de estos seres, por el momento.
Por otro lado, y siendo optimistas, el mejor de los casos sería el de un intercambio cultural tecnológico. Cambiar oro que no nos es de utilidad (recursos energéticos, minerales, genético), por canicas y espejos (cura de enfermedades, logenvidad, etc), porque nuestra ignorancia nos daña frente a una cultura superior. Al cabo de unos cientos de años, o quizás menos, los restos de nuestra civilización se verán combinadas con esta invasora- mesiánica, que nos permitirá entender el universo a cambio de nuestra combinación e imposición diezmal. Si lo comparan con una lucha encarnizada, no se ve tan mal.
De considerar esta situación, la superioridad tecnológica, evolutiva, social, etc, sería tal, que esta raza parecería ser milagrosa. Ni el mismo buda, ni Jebus podrían pararse al lado sin sonrojarse. En el peor de los casos, serían tan barbáricos como nuestra especie, pero aquello desencadenaría un conflicto bélico, y que se enmarca en el punto anterior.
Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia. (Arthur C. Clarke)
Sin embargo, podría darse el caso de un resultado totalmente inesperado, que escape a lo racionalmente humano. Podría ser, de comienzo, que la asimilación de la especie ya haya iniciado desde la aparición de un monolito que permite la evolución; o bien, algún contacto que se da por generaciones en forma de ritos religiosos, como que dios es un extraterrestre en otro plano dimensional que se presenta para dar una guía moral y de evolución para la gente.
Y este último punto me lleva a discutir, es posible que los viajes por espacio sean más fáciles de realizar saltando de un plano dimensional a otro superior. Todos no son más que conjeturas que recaen en la ficción y fantasía propia de toda persona que ve a las estrellas y piensa, ¿qué habrá más allá?.
Mientras, aún esperaremos que ocurra un contacto, de aquellos beneficiosos.
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