Quieren que escriba algo

Si es que desconocen el sistema de trabajo shuneggiano, les cuento un pequeño secretito, nadie te paga. Así es, por Dios, o sea cada uno escribe por amor al arte (y dicho sea de paso, quizás sea reprendido por utilizar frases de adoración a entes imaginarios). Sin embargo, y muy a pesar de ser un espacio voluntario, existen tres editores encargados de presionar para que la página cobre vida. En mi caso, mi editor directo, por decirlo de algún modo, es israfel, dado a que él utilizó sus influencias para darme la oportunidad. Y dado a mi deceso en el ritmo de aportes he recibido la advertencia encubierta de "ESCRIBE ALGO".

De este modo, hago acuso inmediato de tal llamado implícito de atención para recorrer la corta distancia que separa mi "lugar de trabajo" de mi hogar, meditando sobre que "aportar". Un fracaso total. Es usual que mientras más te esfuerzas por presentar alguna idea, infranqueables barreras te detienen.

Luego medito, ¿qué es lo que detiene mi progreso? Está claro que la idea es el motor que mueve el escrito. El propósito. El alma que da vida a la intención. Sin idea no hay nada más que palabras. En consecuencia, debo partir por conseguir una idea.

Ahora con nuevas fuerzas enfoco mi atención a buscar una idea. Tras un breve periodo de introspección, tal pescador en la corriente de ideas intentado sacar un róbalo plateado en un río de salmones, desisto. No se me da bien la pesca, me carga mojarme.

Heme ahora sin ninguna idea y como nada cae del cielo, me digo: ¡Bueno, ya conseguiré algo, continúa, hay que adelantar algo del trabajo!

Aunque, cómo lograr escribir sin una idea. Es como cocinar estofado sin pollo. ¿qué es lo que puedo adelantar?

!Ah¡ ¡La ensalada!

Y en un escrito, ¿la ensalada qué vendría siendo? Como desconozco cuál será el plato de fondo, debo escoger una idea genérica que acompañe a cualquier otra idea. Una idea independiente en sí misma, que se pueda servir y entenderse sin necesidad de un tema de fondo.

De momento advierto que la introducción es mi ensalada. Claro, es una idea por sí misma, y que además acompaña a la perfección. Tengo el trabajo hecho. Y cómo tengo hambre, prefiero comer lo poco que preparé.

El plato de fondo, lo dejaré para otro día.