Al día siguiente, los hinchas de Colo Colo sacaron la copa (la réplica de ella) y la ubicaron camino a los camarines de práctica, en donde incluso algunos jugadores posaron y participaron de la humorada (noticia acá )
Más allá de la picante actitud de los albos, es divertida la pugna de la fanaticada que toma estas contiendas entre equipos como algo de real importancia. El fanatismo por este deporte y el abanderamiento que se tiene, inclusive la fantización que vivimos recientemente por la participación de nuestro país en el mundial, intenta ser explicada por el astrónomo, exobiólogo, y héroe de multitudes (según el artículo de todosomogeek.com que enlazo acá) Carl Sagan.
En su libro "Miles de millones", Sagan explica esta disposición a raíz de nuestro origen de cazador-recolector. Transcurrió tanto tiempo en esta faena antes de que la raza humana se volcara a la agricultura, que en nuestros genes existe la necesidad de competencia. El instinto cazador que se abanderiza por un grupo, y que llama a vitorear por sus triunfos, y llorar por sus derrotas.
El instinto de la caza tiene [un] [...] origen remoto en la evolución de la raza. El instinto cazador y el de lucha se combinan en muchas manifestaciones [...] Puesto que el afán sanguinario de los seres humanos es una parte primitiva de nosotros, resulta muy difícil erradicarlo, sobre todo cuando se promete como parte de la diversión una pelea o una cacería. William James, Psychology, XXIV (1890).
El resto del capítulo que menciona este comportamiento (que si no abrieron el link anterior de todosomosgeek.com que habla del tema y que contiene el extracto del capítulo en cuestión, avíspense y háganlo ahora por aquí) se da vueltas en el modo en que la gente toma partido de estas cazerías modernas, de como se beneficia a sus representantes con mayores reconocimientos. También trata de que estas actividades son de origen ancestral, y que se dan en el pueblo, ya que los opulentos poseen otras actividades, etc etc, se va en la volada antropológica.
Ahora, cada vez que vea a un albo mofándose de un chuncho, pensaré que son seres antropológicamente adaptados a perpetuar tal tarea, la de molestarse uno a otro, para defender los colores de sus cazadores favoritos, los cuales no están interesados en sus disputas.
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