Con este tema es quizás con el que más me puedo quemar (si es que puedo quemarme más) a la hora de comentar. No soy asiduo a estos carnavales, y no es por desprecio, sino por falta de identificación con las ideas carnavalistas y a sus intenciones.
Me explico, el carnaval surge con las tradiciones cristianas de celebración previas a la cuaresmas, y como tal, son ceremonias de permisividad y descontrol (así como Homero Simpson cuando viaja a Florida al carnaval que se llevaba acabo) . Aquella palabra luego se deriva a cualquier ceremonia de celebración masiva con efectos de "celebración", y dado a mi apatía a masividades, que no consigo identificarme. Eso de comienzo.
Luego, en Magallanes no sé que celebramos. Al parecer debiera ser el equinoccio de invierno (la noche más larga), y por lo tanto, debiera haber más cobertura a ese momento astrológico. Sin embargo, parece que es más interesante preocuparse de todo lo comercial y turístico que conlleva sacar gente a desfilar. Seguro que en este punto el carnaval no es más que un hecho pintoresco para generar ingresos, que una ceremonia con una intención de festejar que somos un territorio austral, en donde la noche es más larga que en otros sitios, o por último, de respeto a que el sol es derrotado por la noche.
Por otro lado, en la inocencia de mi infancia recuerdo haber sido llevado por mis padres a ver el espectáculo. Los carros llevaban su tiempo de elaboración, incluso tenían ciertos efectos especiales para hacerse del favoritismo del público (en mente tengo al Tauro de Enap).
Pero ahora, es otra historia. El presupuesto imagino debe ser bajo y tan sólo aparecen camiones con gente arriba. Y la verdad, tampoco es tan importante, el verdadero carnaval lo hace la gente, sus murgas y payasadas, los ánimos, la alegría entregada, la dedicación, etc, para intentar "celebrar".
Y es eso lo que de cierto modo me desconcierta, el qué celebrar. No celebramos nada, solo es una fiesta para enfriarse la nariz en invierno, ver gente en poco ropa, carros llamativos y eso. Con esa poca pasión del público, no importa qué tanto se esfuercen los carnavalistas, la gente no goza ni se apasiona con lo que ve. Lo mágico, insisto, está en gozar de la celebración. Sin algo que celebrar, sólo es un show, no un carnaval.
Eso sí, presencié el espectáculo de fuegos artificiales. La gente se reunía por la costanera con la inteción de disfrutar de los 30 minutos de cohetes de colores en el cielo. Y a pesar de la sencillez, fue bonito. Se sentía alegría, más allá del frío.
Quizás, debería darme la oportunidad de participar más y cambiaría mi forma de pensar.
Bueno, eso es mi aporte "personal" en tirar cabezas de huevo.
Me explico, el carnaval surge con las tradiciones cristianas de celebración previas a la cuaresmas, y como tal, son ceremonias de permisividad y descontrol (así como Homero Simpson cuando viaja a Florida al carnaval que se llevaba acabo) . Aquella palabra luego se deriva a cualquier ceremonia de celebración masiva con efectos de "celebración", y dado a mi apatía a masividades, que no consigo identificarme. Eso de comienzo.
Luego, en Magallanes no sé que celebramos. Al parecer debiera ser el equinoccio de invierno (la noche más larga), y por lo tanto, debiera haber más cobertura a ese momento astrológico. Sin embargo, parece que es más interesante preocuparse de todo lo comercial y turístico que conlleva sacar gente a desfilar. Seguro que en este punto el carnaval no es más que un hecho pintoresco para generar ingresos, que una ceremonia con una intención de festejar que somos un territorio austral, en donde la noche es más larga que en otros sitios, o por último, de respeto a que el sol es derrotado por la noche.
Por otro lado, en la inocencia de mi infancia recuerdo haber sido llevado por mis padres a ver el espectáculo. Los carros llevaban su tiempo de elaboración, incluso tenían ciertos efectos especiales para hacerse del favoritismo del público (en mente tengo al Tauro de Enap).
Pero ahora, es otra historia. El presupuesto imagino debe ser bajo y tan sólo aparecen camiones con gente arriba. Y la verdad, tampoco es tan importante, el verdadero carnaval lo hace la gente, sus murgas y payasadas, los ánimos, la alegría entregada, la dedicación, etc, para intentar "celebrar".
Y es eso lo que de cierto modo me desconcierta, el qué celebrar. No celebramos nada, solo es una fiesta para enfriarse la nariz en invierno, ver gente en poco ropa, carros llamativos y eso. Con esa poca pasión del público, no importa qué tanto se esfuercen los carnavalistas, la gente no goza ni se apasiona con lo que ve. Lo mágico, insisto, está en gozar de la celebración. Sin algo que celebrar, sólo es un show, no un carnaval.
Eso sí, presencié el espectáculo de fuegos artificiales. La gente se reunía por la costanera con la inteción de disfrutar de los 30 minutos de cohetes de colores en el cielo. Y a pesar de la sencillez, fue bonito. Se sentía alegría, más allá del frío.
Quizás, debería darme la oportunidad de participar más y cambiaría mi forma de pensar.
Bueno, eso es mi aporte "personal" en tirar cabezas de huevo.
PD: Vi a unos chinchineros competir. Es genial ver a esos hombres girar sin parar mientras golpean su bombo y platillos.
2 comentarios:
ohhh wn ese tauro fue mitico....espero q no haya sido porque en enap hay hartos tauros,,,,,....
Tienen a una taura de metal pariendo tauros cada 15 años. Debería salir unno pronto para el carnaval.
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